Sentir con las manos,
Respirar los colores,

Ver con el corazón,
Escuchar la melodía interior.
Aquí tu creatividad puede fluir libremente
y conducirte con suavidad a tu propio camino.

 

A través de la percepción háptica – el sentir de los materiales, las texturas y las superficies – se abre un acceso a niveles más profundos de la experiencia.
Descubrimos los colores interiores que sostienen nuestros sentimientos y pensamientos, y aprendemos a escuchar nuestro estado de ánimo interno: silencioso, poderoso, a veces sorprendente.

En este proceso creativo surge un espacio de libertad: libre de juicios, libre de expectativas, libre para crear lo que en ese momento es verdadero.
Así, cada mujer puede encontrar su propio camino – con valentía, ligereza y la certeza de que en su interior se encuentra la fuente inagotable de la inspiración y la vida.

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